Cuando la viralidad y las mezclas contagian pero no enferman y la reacción en cadena no es sólo anuncio de bomba

Estaba pensando algo acerca de por qué seguimos escribiendo en blogs. ¿Será porque el blogging sigue ahí, sintonizando sensibilidades contemporáneas? Y entonces, ¿por qué no seguiríamos escribiendo en blogs?

Ya lo sabemos, en tiempos de la Web 2.0, evolución de la 1.0 y predecesora de la auspiciada Web 3.0, o Web semántica con nuevos ingredientes de técnicas de Inteligencia Artificial, la red o Internet actual posibilita una significativa apuesa a la interactividad, en la relación entre internautas y "paradas" on-line. Disponemos de herramientas cada vez más simples y accesibles para la creación, configuración y puesta en circulación de diversos sitios Web. Espacios interactivos motorizan plataformas virtuales diversas, redes sociales, blogs, foros, chats, y otros tantos dispositivos de interrelación y comunicación tecnológicos.

Wikipedia, My Space, Flickr, You Tube, Facebook, o Twiter con su apuesta al microblogging, reconfiguran modos de hacer y puestas en escena de multiplicadas prácticas socioculturales en un contexto de continuidad entre los territorios virtuales del on-line y los físicos, materiales y porque no también virtuales del off-line. Es un sujeto cultural que interconecta estos dos espacios, en su vida pública y privada, y hasta en las situaciones más cotidianas, el actor protagónico en aquellos escenarios.

Siguiendo una línea que dibuja ciertas características de esa (a)puesta subjetiva, Reinaldo Laddaga, a propósito de "El ensayo en los tiempos del blog", publicado el año pasado en Ñ, se refería a algunas de estas cuestiones: "Vivimos en un mundo de individuos hiperexpresivos: individuos que hablan de sí mismos en consultorios donde exploran diferentes terapias, individuos que registran sus acciones a través de cámaras y envían estos registros a su familia o sus amigos o las ponen en el dominio público, en espacios como You Tube. Es problable que nunca haya habido una situación semejante a la de nuestro mundo, donde el dominio de lo escénico haya estado tan extendido como lo está entre nosotros, donde todo el mundo haya estado, de manera rutinaria, compelido a ponerse en escena"

Retomando aquello que hace a la práctica de creación y mantenimiento de un blog, la experiencia del Blogging revierte algunas prácticas y categorías tradicionales a la hora de hacer y pensar la escritura. La acción de "publicar" (crear el espacio de publicación) es anterior a la de escribir. El concepto de blogger cuestiona al de autor tradicional, la autoría se desdibuja, o mejor, se reconfigura en estos espacios, ¿es el que mantiene el blog el único que autoriza sus textos/posteos escritos, visuales o audiovisuales?

En ellos juegan otros "co-autores" que se suman en los comentarios a las entradas, en los linkeos de los posteos a otros sitios, en los Trackbacks, el Blog-roll, los Seguidores o Followers. Se construye así un sistema de lecto/escritura de feed-back que disuelve la diferenciación estática entre autor/escritor - lector/receptor, actualizando la bidireccionalidad. La resultante es una red de textos anudados, que en definitiva responde a la operativa blog puesta en los interconectados efectos de sentidos disparados.

Surge otra vez la cita, pienso en la "visión profética" de R. Barthes cuando ya en 1968 anunciaba que, "para devolverle su porvenir a la escritura hay que darle la vuelta al mito: el nacimiento del lector se paga con la muerte del autor"

M. Foucault, en una frecuencia similar se preguntaba ¿Qué es un autor? Entre sus multiplicados rodeos y desvíos habla de autor como una función del texto, una función que por momentos se activa, y en otros se desactiva. Algo así como un autor on-off.
El blogging implica un lugar de borde, de cierta "amplitud espacial autorial" que invita a sumarse. El blog como dispositivo además remixa géneros literarios cruzados, desde las virtualidades unplugged de la escritura epistolar, el diario personal, el diario de viaje (bitácora), la crónica, la narrativa, el ensayo, el diálogo, y más; a las herramientas y recursos del ámbito virtual plugged de la página Web personal, el chat, el foro y las redes sociales. El blogging representa una experiencia provisoria, mutante, en constante construcción que permite seguir accionando el "motor de búsqueda" y que la pregunta, abierta a la integración del lector/receptor/navegante, siga circulando.

Ya en la última semana de Diciembre del 2006, la revista Neoyorkina Time que, anualmente durante ese último mes presenta como nota de tapa a la personalidad sobresaliente del año, anunciaba en gráfico y titulares de la portada: "Person of the year You. Yes, you. You control the Information Age. Wellcome to your World"
Si damos un salto en el tiempo, pero continuando aún en la misma sintonía, la portada de Time, de 15 de Junio de 2009, coloca en primera plana a Twitter, y con él a la revolución comunicacional del microblogging.
Sí micro, pero también blogging. Micros que además, después de sumergimos por un rato en la blogósfera, encontaremos publicados entre los múltiples interiores de numerosos (macro) blogs. En esas portadas se trata, nada más ni nada menos que de sujetos de la producción de un medio masivo de información reconociendo en el usuario/lector/receptor/navegador de Internet un interconector de contextos on y off-line, una función crecientemente activa. La de un operador de la interactividad en los mecanismos de producción, circulación y difusión de discursos y práctivas culturales varias. Creo que en esa clave interactiva desarrollada en el delineamiento de nuevos sujetos, contextos y modos relacionales facilitados por los usos de medios, dispositivos y lenguajes tecnológicos, anclan ciertas prácticas artísticas de centro y borde. Activadas y reactivadas ellas, por "nuevas", y no tan novedosas aunque renovadas tecnologías. El arte como una de las tantas esferas socioculturales de un particularizado hacer práctico/discursivo, no es ajeno a ninguno de los contextos hasta aquí visitados. La viralidad propiciada por los modos de circulación de los tantos lenguajes traducidos a la digitalidad, y la interactividad como operativa conceptual y estética predominante, en el sentido en que este posteo la viene definiendo, se configuran como unos de los principales parámetros de referencia para ciertos ámbitos de realización artística. Pero y además, aquellas marcas que colocan al arte contemporáneo en territorios de hibridación y remixes, también ahondan en multiplicadas posibilidades cuando entran a jugar ciertos usos e imaginarios tecnológicos. Mercedes Bunz, en "La utopía de la copia. El pop como irritación", hace referencia a éstos, entre otros tópicos relacionados: "El tiempo de lo original, del genio, ya ha pasado. Pero eso no significa que no salgan nuevas cosas, sólo que evolucionan de modo diferente. En mezclar las cosas, en fusionarlas (...) vivimos en un mundo digital, de copy and paste. La tecnología de la digitalización hace bastante fácil samplear cultura. En el cruce de estilos y géneros se refleja esta tecnología. Y al samplear y mezclar viejos estilos, si la mezcla es realmente buena, se convierte en estilos nuevos." Espacios, plataformas, estéticas, entornos o conceptos como Second Life, la Second blogósfera, ciertas producciones de Videojuegos o Machinimia, se configuran como asiduas prácticas visitadas y revisitadas, y movilizan aún más las inestables fronteras entre "lo artisitico" y lo "no artístico". Todos estos confluyen en poner en escena "lo tecnológico virtual/digital" y en cruzar dispositivos y/o retóricas identificadas con diversos lenguajes. Pero también convergen en la demanda de un creciente campo de acción y experimentación para la interactividad, un lugar de reactivación más expansivo para una recepción que bien podría situarse entonces en un rol de co-operador artístico y/o estético. Esto es, un lugar de colaboración experimental al primer operador o disparador puesto a funcionar por un artista o colectivo artístico, por desarrolladores de videojuegos, o por softwares/programas, en diversa situación de contexto interactivo e interrelacionado.
Hace unos años ya, se publicaba la noticia de que en Brujas (Bélgica) la práctica del XL Gaming fascinaba a los amantes del videojuego que, se veían ante la soñada posibilidad de alquilar pantallas de cine para videojugar. Ese híbrido modo de activación estuvo en el deseo del videojugador mucho antes que Machinimia se consolidara como creciente y difundido espacio productor de cine o video fagocitando diversos recursos game.

Sí, ya lo sé, empecé escribiendo sobre por qué escribimos en blogs y terminé hablando de videojuegos. Bueno, será que eso de explorar por rutas de ciertos desvíos, cruces y viralidades nos mantiene en esto de seguir avanzando con nuestros blogs. O al menos a mí me basta para continuar en este otro posteo.

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